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Un post de Alberto Barreiro, Director de Experiencias en GRUPO PRISA El mundo evoluciona impulsado por la tecnología y la globalización, volviéndose irreconocible. Lo que antes era certeza ahora es complejidad, mutación e incertidumbre. Intuimos que hemos entrado en un mundo radicalmente diferente, un nuevo contexto que afecta a nuestro estilo de vida, a las relaciones, a los valores, a la economía, a nuestros empleos y nuestras empresas. Sentimos que nuestro entorno se ha vuelto líquido, que fluye de modo rápido e inestable, sin embargo gran parte de las estructuras que nos sustentan fueron construidas para tierra firme y crujen bajo los pies. Vivimos en un conflicto, cada vez más explícito, agresivo y polarizado, entre formas de entender el mundo. Como sociedad tenemos que decidir, o abrazamos el cambio, o nos resguardarnos en la fantasía de un mundo sólido y estable que quizás ya no exista. Al intento de resolución de este conflicto le llamamos Transformación Digital. Un proceso de adaptación que tiende peligrosamente a confundirse, con la complicidad de los expertos tecnólogos, con la digitalización de servicios o herramientas. La Transformación, no es, pese a las apariencias, un asunto que se resuelve con tecnología, estamos hablando, por el contrario, de un profundo cambio cultural. La Transformación Digital no se resuelve con software de gestión o nuevos canales de ventas en la red social de turno, ser Digital es entender y ser parte del mundo que nos ha tocado vivir, nos guste o no. Este cambio de contexto afecta a las organizaciones, pero sobre todo a las personas que forman parte de ellas. Las nuevas reglas de juego necesitan nuevas estructuras, las nuevas estructuras, nuevos valores y formas de actuar. Frente a la complejidad, las empresas deben contener en su ADN la agilidad y la creatividad que les permita adaptarse al cambio constante, un cambio que está además liderado por un mercado activo e hipercompetitivo que exige de las empresas un compromiso auténtico con los clientes. Un compromiso capaz de transformar la manera de entender los negocios: poniendo el foco del negocio en la gestión de una relación de confianza, creada a partir de un propósito compartido, entre empresas, empleados y clientes. Adaptabilidad, Creatividad, Propósito y Empatía son las variables críticas de la Transformación Digital, los componentes de un cambio que debe empezar y acabar en las personas.]]>

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